El horario de una boda siempre debe ir en función de la estación del año en la que te cases.
En pleno verano el mejor horario es el de tarde-noche. Debes pensar en todo momento en tus invitados y una boda en el mes de julio a las 12:00 de la mañana puede resultar el mayor suplicio legalmente aplicable. Piensa en los pobres señores con chaqueta y corbata, en tus pobres testigos de chaqué y en las señoras, con los pies hinchados por el terrible calor y embutidos en altísimos zapatos de tacón de aguja. Evita el odio de tus familiares y amigos eligiendo un horario acorde con el clima.
En verano te puedes permitir casarte a las 19:00 o las 20:00h, al anochecer mucho más tarde pierde el miedo a quedarte sin luz para las fotos, tendrás tiempo de sobra. Además resulta mucho más lógico disfrutar del cóctel de bienvenida con la puesta de sol de fondo y cenar cuando anochezca, a nadie le gusta sentarse a cenar con todo el sol de frente.
Para los meses invernales la mejor opción es el horario de comida. Ten en cuenta que dependiendo de la fecha, a las 18:00 h puede ser de noche, por lo que la barra libre no parecerá sacada de contexto. Celebrando la boda por la mañana, disfrutaras de toda la luz que el sol este dispuesto a darte y evitaras los fríos invernales de la noche. Sigue pensando en las invitadas, por muchas pieles que se pongan, seguirán llevando trajes de tirantes debajo y además la opción de pamela o tocado siempre queda mas lucida.
Tanto en otoño como en primavera las dos opciones son validas, si bien, si te decantas por la tarde-noche, procura que la ceremonia sea temprano, sobre las 17:00 o las 18:00, recuerda que la luz es importante y que la puesta de sol sigue siendo mas temprana que en verano.
Ten siempre en cuenta las estaciones, no te engañes pensando que en marzo tendrás un día de verano, dado el cambio climático, todo es posible, pero siempre es preferible ponerse en las peores circunstancias para tener todo controlado. No intentes ahorrar en temas como carpas o cañones de calor si la celebración es en un exterior y en época de tiempo variable, siempre es mejor prevenir que acabar como una sopa vestida de novia.